miércoles, 23 de junio de 2010

Cronicas Misteriosas 6: El invicto

El deporte es una de las actividades más gratificantes de la humanidad. Y esto se cumple en partes iguales en la práctica y la observación. Quien miro Atlético de Tucumán-Huracán una tarde de sábado siendo de Boca, y solo para saber si el 4 de Huracán se proyecta tan bien como dicen, sabrá entender ese análisis. Los grandes héroes del deporte son nuestros próceres actuales, Merlo tiene una estatua, Fangio un museo, el Diego ni hablar y Reuteman todavía parce un candidato viable, sin ninguna razón aparente, dentro de la política. El plantearse, entonces, qué los hace héroes populares parece inútil. Serán permanentemente criticados en otros ámbitos, pero esta claro que la fama esta de su lado principalmente por la popularidad de lo que practican.
Lo ultimo dicho no termina de justificar porque existe un héroe deportivo en el anonimato, habiendo practicado uno de los deportes mas jugados del país. Wilson Milton Hedelmarti fue sin duda el más importante y mejor jugador de "Mancha" en toda la historia de los recreos primarios. Estamos hablando de la única persona que se puede jactar de ser invicto en la Mancha. Si no fuera de la existencia de la conocida regla que indica que “el último que llega le toca”, Wilson no sabría, siquiera, ser mancha. Los que jugaron con él se dividieron entre frustración y admiración con su rival.
La mancha es un juego simple en reglas, todos las conocemos. Parece que cualquier pelotudo puede jugarla, no requerís pelota, raqueta, si siquiera calzado especial. Pero lograr ser superior en el manejo de esquivar personas es algo más difícil de lo que parece. Dicen que Wilson hacia “jueguito con su propio cuerpo”. Además, la calidad del jugador es medida, generalmente, por la de sus rivales. Esto fue así ya que la fama barrial de Wilson se distribuyó por las escuelas aledañas y los desafiantes no tardaron en llegar. Primero en “amistosos” fuera de clases y luego hubo varios jóvenes competitivos que se pidieron el pase de escuela solo para lograr vencer a este haz de la mancha. Uno de sus competidores más fuertes, sin embargo, se trataba de su vecino y mejor amigo. Martín Fabricio Malganoti, fue un gran corredor de cien metros de adulto. Su pique corto perfeccionado para lograr cazar a su amigo rival, fue el único que, en el segundo y ultimo recreo del último día de séptimo grado, casi alcanza a Wilson que, saltando al momento final hacia la grada salvadora (la “mancha grada” era una de las variedades mas jugadas dentro del patio), logró mantener, por poco, su invicto y llegar a la historia del juego con mas rivales y más practicado del país.
La fuerte convocatoria que había tenido este crack, entusiasmó a Wilson a formar la Asociación de Mancha Argentina (AMA), que permitiría volver a este juego en un deporte oficial. Dado el tiempo libre que le daban estos aburridos recreos del secundario, Wilson se permitió escribir un reglamento complejo y bastante completo de la Mancha. Sinembargo, ninguno de sus viejos amigos de la primaria, ni los nuevos, vieron lógico seguir con este deporte.
Tras terminar la secundaria, derrotada su idea de ser una estrella de un nuevo deporte nacional, se decide por estudiar ingeniería y hacer su vida en base a otros preceptos. Nunca jugo bien al futbol, básquet, rugby ni otra cosa,. Pero todo, ahora hombre adulto, que lo vio jugar a la mancha le repetirá a sus hijos que corretean en los recreos: “deportistas como Wilson nunca vi, si lo hubieras visto”. Ahora Wilson sigue viviendo en su viejo barrio y al lado suyo, Martín, que todavía sigue como su antiguo compañero le seguirá discutiendo que esa vez lo toco justo antes de salvarse.