domingo, 31 de julio de 2011

Cronicas misteriosas 8:Lupotamia, Las reglas en juego.

Un hombre hartado de los trámites bancarios, saca su celular en la fila un lunes a la tarde. Sabe que está violando la norma, pero espera que un mensaje de texto no sea descubierto por el guardia. El hombre uniformado obviamente lo detiene pidiéndole que lo guarde mostrándole un cartelito típico de un celular marcado como prohibido. Sin sorprenderse el hombre desiste y recuerda que, para pasar el largo rato en la fila, tiene “Prohibido suicidarse en primavera” de Alejandro Casona. Lo saca de su valija para empezar a leerlo, cuando una voz y una mano en el hombro lo vuelve a interrumpir. “Señor,-anuncia el guardia de seguridad- en este banco está prohibido leer dramaturgos ibéricos del siglo XX” marcándole un cartel con un esquemático libro y una península ibérica prohibidos. El señor, sorprendido, atina a quejarse, sin embargo, recuerda. Está en la filial porteña del “Primer Banco de Lupotamia”.
El extraño país de Lupotamia, es una pequeña Ciudad-Estado del Este de Europa. El país no contiene ni una selección exitosa en ningún deporte, ni un idioma interesante, siquiera alguna celebridad conocida en el resto del mundo. La principal característica que le da fama, es una particular conjunción de leyes que aparecen en su carta magna. Si observamos las reglas vigentes casi todo el siglo XX de Lupotamia podemos ver que decir que las leyes son “particulares” es quedarse por mucho muy cortos: Es, por ejemplo, conocida la regla de que no se pueden usar pantalones de vestir los martes. No se puede poner una velita de cumpleaños rosa al cumplir los 35 y está terminantemente prohibido masticar un número de veces par el pochocho. Claro que las reglas no siempre son tan sencillas, a veces tenían extraños casos de excepción, como la conocida ley en donde se prohíbe el bañarse con shampoo de color azul los domingos a las 5 de la tarde, a menos claro que se trate de un día con una división entera entre la temperatura de la mañana y el día del mes que se encuentra. A su vez, encontramos leyes que a nadie le influyen realmente, como la cual indica “Prohíbase a cualquier pez dorado del territorio el poder usar sombrero de arlequín”. En otros ejemplos, estas extrañas reglas generaron consecuencias culturales muy notables. La regla que establece la prohibición de dar segundas partes de cualquier película, generalmente nunca provocó grandes problemas. A decir verdad, pocas veces las segundas partes son buenas. Sin embargo, es notable la gran cantidad de escritos e hipótesis sobre qué sucede en el conocido segundo episodio de la primera trilogía de La Guerra de las Galaxias: “El Imperio contraataca” luego de ver “El regreso de Jedi”. Estas reglas parecen insulsas, pero dejan de serlo al saber que las penas poden llegar a ser duras. Claro que las mismas tienen la forma tan particular, nativa de esta pequeña nación, de ser organizadas: Si se hace un barquito de papel un 25 de septiembre se podía llegar a tener una pena de 300 años de cárcel. Sin embargo si se comete una ofensa penal similar como es “hacer una grulla de papel en día de lluvia con sol” con 300 Lupotomos (moneda del lugar que, sin embargo, para pagar multas, solo se pden usar los billetes de 3,33L y 100L) que representarían unos 15 pesos. El fusilamiento también es una pena corriente para muchas de las faltas. Claro que si se llega a fusilar un martes día par, se considera un delito gravísimo. El mismo, evidentemente, es penado con el fusilamiento, a su vez. El abogado lupotomiano sabe que mucho no va a lograr hacer, las penas son irrevocables y las leyes de prohibición son tan claras, que no se suele lograr mucha interpretación de estas. Claro que, el solo recordar todas las excepciones, artículos y penas de todo el código de leyes de Lupotamia ya merece el tener un título habilitante.
El sistema visto, a primera vista parece funcionar, el Lupotamo promedio, en estos tiempos parece tan preocupado en no distraerse e infringir alguna ley, que reduce su actividad al mínimo. Sin embargo, no todo es para siempre, los cambios parecieron llegar a Lupotamia a los 50 años de conmemoración del final de la segunda guerra, y su liberación del yugo Nazi, en donde una cansada población decidió entablar una revolución. Tras grandes revueltas en las calles, el llamado “Partido Prohibidor”, fue removido de sus funciones institucionales. Sobre todo en la delirante mayoría del congreso. El Nuevo partido estableció un status quo aún más extraño. En estos momentos más actuales, el “Partido Obligatorio” entablo nuevas leyes, en donde la prohibición es cosa del pasado y las obligaciones son el presente. La obligación de atarse los cordones cada 368 minutos y 34 segundos, usar desodorantes en todas las partes peludas de los colorados y tener que decir RASPATOTI si uno pisa algo verde, son solo algunos de los ejemplos de obligaciones desde la aparición de este nuevo régimen para los habitantes de Lupotamia. Incluso tenemos casos en donde las extrañas reglas fueron totalmente revertidas. Según palabras oficiales: “empezar a cambiar “Prohibido” por “está obligado” empezó a ser la opción más cómoda y rápida para cambiar las leyes”. Un caso ejemplar fue que, dada la ley que establecía la prohibición de leer autores de policiales que murieron por consumo de alcohol en medios de transporte, se obligó este tipo de lectura para poder viajar. La poca cantidad de títulos de Edgar Allan Poe en el territorio no alcanzó para la inmediata demanda del pueblo necesitado de viajar. Una nueva cantidad de títulos traducidos al Lupotamos fue encargada. “Como ven, las nuevas leyes reactivan la industria” indica un funcionario oficial.

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