Crónicas misteriosas 3: Comité de chistes.

¿Nunca se preguntaron como aparecen chistes tan rápido en los comentarios populares? ¿Cómo a pocas horas de un fenómeno particular aparece el rápido “sabés cómo le dicen a...” o simplemente “che te contaron el de...”? El lector que sienta repetida esta cuestión en su pensamiento común y lo coloca en sus dudas más existenciales, o no tanto, sepa no sentirse solo, porque es parte de una corriente de investigaciones muy próspera en el ecosistema académico.
Se sabe de un trabajo de un sociólogo local llamado Marcelle Dupont (era local de en Paris): “El chiste en el cancionero popular”, su larga investigación terminaba mostrando las razones de cómo la sociedad creaba esos chistes rápidamente, dependiendo de sus características particulares y por inspiración de diferentes eventos. Encontraba un “fenómeno” particular en el chiste.
No es raro que un francés no investigue lo suficiente. Pero su trabajo cae, con otros, en la imposibilidad de llegar a sólo uno, de los creadores de algún chiste popular. Y lo cierto, es que nadie logro nunca crear un chiste que no fuera, rotundamente, pelotudo.
Lamentablemente, todos buscaban “el pelo al huevo” y, no tratándose de un ornitorrinco, no es lógico. Se sabe, si uno investiga los papeles oficiales, que existe hace muchos años el “Comité de chistes”. Este comité, un órgano cuasi oficial, es el encargado de generar los chistes, bromas populares y distribuirlos por sus funcionarios especializados.
La oficina esta dividida en dos grandes secciones. Tenemos el sector intelectual primeramente. En este sector actúa el cerebro de la cuestión, grupos de creativos encargados de crear los nuevos chistes. Esta claro que, por el espíritu del comité, existen diferentes grupos de creativos. Las divisiones son muchas pero entre ellas podemos encontrar:
La oficina de chistes de actualidad: Trabajando con diarios, televisión, radio y todos los medios de comunicación, esta oficina crea los chistes de actualidad, que incluso, pueden ser lanzados en el día del evento sea gracioso o genere terrible humor negro.
La oficina de chistes infantiles y clásicos: Esta oficina trabaja con los chistes, desde naif, hasta los picantes verdes muy comunes en la primaria. Los clásicos, en estos casos no dejan de funcionar, pero los niños requieren igual cierta actualización e innovación. Además, por lo emparentado, esta oficina actúa con clásicos como: Gallegos, Jaimito y ¿Cómo le dicen a…?
La oficina de chistes insultitos y/o apodos: Como una de las oficinas más creativas, actúa principalmente con aquellos chistes que parecen internos, pero que en realidad son creación de la oficina. Cada apodo gracioso prefabricado en un grupo de amigos es, en realidad, invención de esta oficina.
La oficina de chistes académicos y nerds: Su nombre lo dice todo, por este grupo especializado en diferentes disciplinas, se produce desde los más simples, “un economista un matemático y un explorador de cuevas…” hasta los más extraños chistes de polinomios en la facultad de exactas y naturales. También en los últimos años incorporaron chistes de computación. Y a pesar de esto, todavía se discute cuan posible es contratar historiadores.
Existen muchas más oficinas, pero seria inútil contarlas porque, además, ellas actúan entre si, así que no es raro que aparezca un chiste político de “sabes como le dicen a…” o de gallegos para algún psicólogo.
Además como otra partida tenemos el accionar de los contadores. Aquel personal que vestido de civil van contando, por bares y medios de trasporte, el chiste en vos alta para ser robado, permanentemente, por los creídos allegados. A veces también, el comité actúa a través de los medios y de los comediantes profesionales, pero suele ser menos de lo que se cree.
No señores, Landricina nunca trabajó en el comité. Sus directores y creativos más afamados son, más bien, desconocidos. Muchos de sus creativos y directores fueron egresados de la academia de humor de Flores, no es raro pensar su vinculación directa entre los hombres sensibles y el Comité. Entre ellos tenemos a Alberto Archundia, gran director, por principios de siglo el inventor del chiste de gallegos y de su, menos popular, chiste de catalanes.
Este director, y en la época que trabajo, nos marcan la falacia de la teoría que establece que el comité lo fundo Perón, como parte del primer plan quinquenal, en un doblete junto al IAPI. Realmente la oficina fue fundda por Rivadavia en la feliz experiencia, luego tomada por Rosas durante sus gobiernos pero lejos de cerrarla. Lo cierto es, que el general Perón lo amplio y remodelo, para adaptarlo a un “humor peronista”. A partir de ese momento el Comité pasó a ser internacional, juntándose con el “Comité mundial de chistes”, organismo más acorde al sistema globalizado.
Es en los noventa cuando el Comité de chistes pasó por su mal momento. La privatización de su gran parte, produjo, bajo términos privados y en la era de la Internet, el “Conciliado de humor de la red”. Este nefasto organismo, es culpable del 100% del terrible humor de los mails que empiezan con “FW”.